lunes, 21 de agosto de 2017

Un día nació Sharper

 




Ayer, 20 de agosto de 2017, se inscribió en la historia del turf argentino, y por ende de nuestra Nación, el nombre de "Sharper" con letras doradas.

"¿Y quién es Sharper?" Se preguntarán los aficionados a la equitación y el público en general que lo oiga. Déjenme explicarles, Sharper es un caballito, un Sangre Pura de Carrera, de pelaje alazán, hijo de un padrillo de descendencia más o menos modesta, con una madre de pedigree "típico" del interior. Nació en el seno de un buen haras, defendió los colores de una caballeriza importante... Y ahí acabaría su historia. Pero no fue así. Recién entonces comenzaría a forjarse su leyenda.
No será recordado como el caballo más ligero de la historia, sin embargo su destino sería de lo más grande que le tocaría ver a los jóvenes de nuestra generación.

Sharper, el caballo operado de una pata y con tres tornillos, por quien apostó una modesta gente de los pagos de 9 de julio, fue el mismo caballo que se trenzó en lucha con los mejores ligeros del país en los clásicos de Grupo 1 incluso arrebatándolos los primeros metros, mermando a poco del disco... Sufría de un problema laringeo, y se lo operó para mejorar su calidad de vida. Al despertar de la anestesia sufrió un paro cardiorrespiratorio, se intervino quirúrgicamente de urgencia para salvarlo, mientras se aferraba a éste mundo... Dios mediante, actuó en la sabiduría del veterinario para mantenerlo con nosotros. Se recuperaría en el campo durante casi un año, su amo sólo quería verlo feliz... Pero al cabo de ese tiempo, el "Matador" como lo apodamos quienes lo queremos, empezó a reclamar lo que le pertenecía, y parecía hablar entre relinchos y retozos, como diciendo "Amo ¡Dejame correr, desbordo de salud y tengo que cumplir con una misión!". Nadie hasta entonces imaginaría que su misión no era la de cualquier ser ordinario. Iba más allá de sólo vivir para sí. Su bondad cobijaría los corazones de un humilde vareador quien halló en él la ESPERANZA, del capataz que conoció la GRANDEZA de frente, del entrenador y el dueño que vieron RESURGIR AL CRACK, y de los miles de hombres, mujeres, niños y ancianos que UNIERON UN PAÍS recorriendo cientos de kilómetros, así como lo hizo el generoso alazán de ojos brillantes como el fuego, y un pecho donde se leía "Mientras haya corazón, el turf no morirá jamás!".

En unos de los años más duros de nuestra hípica, cuando los hipódromos se caían a pedazos, y la gente no encontraba consuelo a la desilusión de ésta triste realidad...

Apareció Sharper un día.


 Maria R. Scaldaferri
 https://www.facebook.com/maria.scaldaferri


By:   Constanza Pulgar - De Turf Un Poco

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